En 1560, en la ciudad de Trujillo, vivió el encomendero capitan Francisco Pérez de Lezcano, al cual la corona le había concedido tierras y beneficios en Chérrepe y Pacasmayo.
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En esa época la calumnia, la infamia y otros delitos contra el honor se castigaban con severidad extrema, e incluso con la pena capital.
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De un tiempo a otro empezaron a aparecer carteles infamatorios pegados en las paredes de las casas mas distinguidas de trujillo, hablando de sus moradores. Eso llevó a realizar investigaciones los cuales no dieron ningún resultado; hasta que un día dos testigos declararon a ver visto a un sujeto con características físicas similares a las de Pérez de Lezcano. sin más reparos el corregidor mandó apresar al capitán, y tras el juicio fue sentenciado a muerte.
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Pérez de Lezcano, resignado, puso su destino en manos de Dios, por medio de la Virgen de Guadalupe, prometiendole que si le salvaba la vida traería de España una réplica de su imagen y le construiría un santuario en trujillo.
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La madrugada del dia de su ejecución, se armó un alboroto, causando intriga entre los pobladores, porque uno de los vecinos clamaba ayuda mientras forcegeaba con un sujeto de características similares a las del capitan, el cual fue encontrado pegando un cartel infamatorio en su puerta.
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De esa manera fue descubierto el verdadero autor de las calumnias, comprobando la inocencia de Perez de Lezcano.
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Cumpliendo con su promesa, el capitán viajó a España y, acompañado de un escultor, se trasladó a Guadalupe, donde con permiso de los custodios del Santuario hizo tallar una réplica de la imagen. Una vez terminada la trajo personalmente a Trujillo, donde le fue festivamente recibida en 1562, y le hizo levantar una capilla en su heredad de Pacasmayo, entregando su custodia a los Padres Agustinos.
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En 1619, por motivo que Trujillo fue arrasado por un terremoto, el Santuario se trasladó a su emplazamiento actual, dando origen el pueblo de Guadalupe.
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Conocedor de sus grandes milagros, el virrey Don Francisco de Toledo partió rumbo a Perú a tomar posesión de su cargo. Frente a las costas Peruanas (Cabo Blanco), fue sorprendido por una gran tempestad, prediciendo ya su muerte, el Virrey junto a su tripulación, hicieron solemnes promesas a la Virgen, y para admiración de todos el mar se calmó. Tras el felíz desenlace el Virrey quisó desembarcar en Paita y fue por tierra hasta el pueblo de Guadalupe, donde dió una gran limosna y en nombre del Rey hizo donación a la Virgen de cinco pueblos: Guadalupe, San Pedro de Lloc, Jequetepeque, Chérrepe y Chepén.
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BRIONES SOCORRO, Eliana Elizabeth.
2 comentarios:
me parece muy interesante la informacion que brindan en esta pagina..suerte
hola amiga soy de tarapoto ta chevere tu pagina suerte y sigue subiendo mas informacion ps para leer e informarme...cdt.....frank
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